Autodetritus





         A veces, recuerdo cosas de mi juventud. No muy a menudo, solo de vez en cuando.
    Por ejemplo recuerdo cuando tenía dieciocho años y estudiaba en la Universidad de Granada. Aquello fue en el año 70. España era un “Estado en obras” y Franco era un dictador viejo, que conmutaba sentencias de muerte. Fue un invierno crudo, siberiano. En las aulas del viejo Hospital Real los estudiantes no nos quitábamos ni el abrigo ni la bufanda y algunos hasta tomaban apuntes con guantes.
     Me recuerdo acudiendo a clase con una edición del Ulises bajo el brazo.
     No sé, cuando visiono esas imágenes tengo la sensación de que esos recuerdos no son míos, es cómo si yo de joven no fuera yo de joven, sino solo alguien de joven, otro de joven, es como si recordara una novela. Me parece una contradicción difícil de resolver el hecho de que yo me sienta hoy tan joven y que esos recuerdos estén tan lejanos en el tiempo. Mi cerebro chisporrotea al intentar procesarla.
     Ahora, me preocupa que, con demasiada frecuencia, cuando las novelas, los sueños y los recuerdos salen de sus habitaciones y se reúnen en el salón a charlar, no hay quien distinga quién es quién en esta casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por incluir tu comentario. Una vez revisado por los autores del blog será publicado.