¡Expulsados! , le oímos gritar fuera de sus casillas. ¡Ya era hora de que se diese cuenta! ¡Siete, siete llevábamos cogidas del maldito árbol! Y es que ya no aguantábamos más. El viejo se había vuelto de lo más insoportable; que si no hagas esto, que si no toques aquello, ¡un auténtico coñazo! Nos subimos en el Chevy. Eva me dio un beso con lengua. ¡Qué rico! La serpiente se enroscó en el asiento de atrás. En dos segundos puse el coche a cien. ¡Por fin nos largábamos de allí! ¡Que se quedara con todo el jodido Paraíso para Él solito! ¡Toda la eternidad si hacía falta!

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por incluir tu comentario. Una vez revisado por los autores del blog será publicado.