Deseos cumplidos




     POR LAS MAÑANAS SE LEVANTABA MUY TEMPRANO, mucho antes de que los otros niños jugaran en el descampado, y se ponía al volante de aquel coche abandonado. No tenía ruedas ni puertas ni motor. Soñaba con ser un piloto de carreras.
     Veinte años después se encontraba en su fórmula 1 en la parilla de salida. Los motores rugían y afloró ese recuerdo. Durante un segundo deseó que regresara ese tiempo.
     Dieron la salida. Todos sus competidores lo adelantaron mientras su coche permanecía pegado al asfalto.
     Desesperado, se bajó y observó su máquina. No tenía ruedas ni puertas y el motor había desaparecido.

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